Puerto Principe [AP].-Antes de que la tierra se estremeciera y alterara sus vidas por completo, Rosena Dordor vivía como millones de haitianos pobres, en una casa diminuta sin agua potable ni instalaciones sanitarias, luchando por sobrevivir con su familia y con el miedo de que el próximo aumento en la renta los dejara en la calle.Hoy día, casi cinco años después del devastador terremoto de magnitud 7.0,
El desastre desató un flujo masivo de ayuda internacional. Gobiernos y grupos de apoyo llegaron para ofrecer asistencia inmediata y desarrollo a largo plazo.














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