Robb Nen sabe muy bien cuán inestable puede ser la carrera de un cerrador en las grandes ligas.
Nen fue el cerrojo de los Marlins de Florida y los Gigantes de San Francisco durante nueve campeonatos, a partir de 1994.
Ponchó a 10 bateadores por cada nueve innings en su brillante trayecto. En dos de sus últimas cinco campañas tuvo un WHIP inferior a 1.00. Su efectividad ajustada fue 177 en su último año como cerrojo, es decir, fue 77 por ciento mejor que el promedio de las mayores.
Ese último año como taponero del noveno inning fue 2002. El derecho dejó 2.20 de efectividad, con 43 salvados y cuatro guillotinados por cada base por bolas que entregó. Brillante.
Ese también fue el año de su despedida del beisbol.
Nen comenzó a sentir molestias en el hombro derecho aquella temporada y a pesar de eso rehusó hacerse a un lado. En cambio, encabezó el bullpen de San Francisco en la Serie Mundial contra los Angelinos de Anaheim, un duelo que ganaron los querubines.
El diestro cumplió 33 años de edad en el quirófano, al terminar el clásico de otoño. Tres veces debió operarse el hombro, por el daño irreparable que sufrió en el manguito rotador. No pudo hacer un pitcheo más. En 2005 anunció su retiro.
Antes de lesionarse, antes de decidir entre arriesgarse por los Gigantes o preservar su carrera, Nen llegó a 300 salvados el 6 de agosto de 2002.
Nadie en toda la historia de las grandes ligas ha alcanzado la cifra tan joven como él. Tenía 32 años, ocho meses y nueve días de nacido cuando logró la hazaña.
Francisco Rodríguez está a punto de mejorar esa marca, como ya en 2008 trituró el máximo registro de rescates en una campaña, llevándolo de 57 a 62.
Rodríguez amaneció este jueves con 298 salvamentos, en una carrera que ya va por 12 justas. El manager de los Cerveceros de Milwaukee, Ron Roenicke espera verlo cruzar pronto por la raya que delimita los tres centenares.
El relevista venezolano comenzó muy joven su recorrido por las mayores, a los 20 años de edad. Ya a los 23 se había convertido en cerrador a tiempo completo.
Pero el Kid, como prefiere que le apoden, también ha probado cuán inestable puede ser la vida de un cerrador.
Rodríguez cuidó 291 victorias de los Angelinos y los Mets de Nueva York entre 2003 y 2011. Promedió 32 por año, mientras ostentó su rol predilecto. En cambio, desde que los metropolitanos lo enviaron a los lupulosos, en julio de 2011, apenas ha agregado siete más.
El caraqueño inició esta semana con 31 años, cinco meses y un día de nacido. Su ritmo llegó a ser tan vertiginoso (pudo salvar 194 juegos en un lapso de apenas cuatro torneos, en su mejor momento) que estuvo muy cerca de convertirse en el primer grandeliga con 300 rescates antes de celebrar su trigésimo cumpleaños.
Rodríguez no ha pasado por el sufrimiento que implica la lista de incapacitados. Su problema fue otro.
Al llegar a Milwaukee, John Axford era uno de los apagafuegos más seguros del beisbol, así que le tocó asumir el rol de preparador. Luego se declaró agente libre y no encontró ofertas atractivas, por lo que regresó al equipo en el mismo papel de setup.
Cuando Axford empezó a fallar, la temporada pasada, Rodríguez tuvo una oportunidad de llenar el vacío. No pudo.
Volvió a ser agente libre en noviembre y la búsqueda de un trabajo ideal resultó más complicada. Finalmente, firmó un acuerdo de ligas menores con los Cerveceros, ya después de inaugurado el campeonato, y fue subido al equipo grande, el 16 de mayo.
El destino, al parecer, ha querido darle una última oportunidad de superar la gesta de Nen. El Kid salvó tres choques con Milwaukee entre el 16 de julio de 2011 y el 22 de mayo pasado. En cambio, rescató otros cuatro en los 16 días que siguieron a esa última fecha.
Axford volvió a fallar y fue sustituido con éxito por el joven Jim Henderson. Pero Henderson se lesionó y fue necesario buscar a un cerrojo temporal.
Roenicke probó con Rodríguez y acertó. El derecho amaneció con 0.84 de efectividad y 0.68 de WHIP este jueves. No ha desperdiciado una ocasión de resguardar el triunfo. Sólo en una de sus 11 salidas ha permitido carreras. Una carrera.
Es el viejo K-Rod que está de vuelta, aunque sin aquella recta que antes golpeaba las 95 millas por hora.
Henderson regresó, pero Roenicke y los Cerveceros han decidido, por una vez, dejar que Rodríguez cumpla su cita con la historia. Ahora depende de él.
Rodríguez dio sus primeros pasos en el oficio en 2002, cuando fue llamado a las mayores por los Ángeles. El suyo fue un caso inusual: su debut ocurrió en septiembre y su mejor momento sucedió en esa misma postemporada.
El venezolano se anotó cinco triunfos en los playoffs. Terminó siendo el preparador de Troy Percival y el novato sensación de esa Serie Mundial, precisamente aquella en la que Nen, el pitcher más joven hasta ahora en completar los 300 salvados, lanzó el último encuentro de su vida. (espndeportes.com)
No hay comentarios:
Publicar un comentario