1. La mujer de tres senos
Jasmine Tridevil, una estadounidense de 21 años, instaló un profundo debate en septiembre de 2014 cuando anunció que se había sometido a una cirugía plástica para implantarse un tercer seno. Sus selfies en bikini inundaron rápidamente las redes sociales y se viralizaron como pocas imágenes.
"Me hice la cirugía porque quiero apartar a los chicos. Sé que suena loco, pero no quiero conocer a ningún otro. Todavía me gusta sentirme bonita", contó la joven en ese momento.
Pero las discusiones duraron poco. En primer lugar, se conoció que su verdadero nombre era Alicia Jasmine Hessler. Y luego de que perdió su equipaje en un aeropuerto, se filtró un dato mucho más importante: su tercer seno era falso.
Al hallar su maleta extraviada, las autoridades descubrieron que en el interior había varias prótesis de tres pechos. "Esto no es falso. Me hice la operación. Si la gente no lo cree, allá ellos", fue su respuesta a la denuncia.
2. El heroico niño que salva a su hermana de francotiradores en Siria
Fue una de las noticias más conmovedoras del año. Perfiles de redes sociales ligados a grupos rebeldes enfrentados con Bashar al Assad, difundieron el video de un menor que finge estar muerto para ir a rescatar a una niña aún más pequeña, en medio de los disparos de supuestos francotiradores al servicio del régimen.
Tras cuatro días en los que se contaron por millones los mensajes emocionados de gente de todos los países, se supo que, en realidad, fue una escena montada. Se rodó en la isla de Malta en mayo de 2014, bajo la dirección de Lars Klevberg, un noruego de 34 años. Contó con la financiación del Instituto Fílmico Noruego (NFI).
Según el director, la intención era generar una discusión sobre la situación de los niños en Siria: "Si pudiera hacer esta película y hacerla pasar como real, la gente la compartiría y reaccionaría con esperanza", afirmó.
Como era de esperar, debió enfrentar el repudio generalizado de la opinión pública mundial, que se sintió completamente ridiculizada.
3. Mujica esperando a ser atendido en un hospital público
La imagen del presidente de Uruguay, José Mujica, sentado cabizbajo y pensativo, rodeado de gente, circuló a toda velocidad por Twitter. Los usuarios la replicaban con los más variados elogios, porque las primeras informaciones indicaban que el mandatario se encontraba aguardando su turno en un hospital público, como cualquier otro ciudadano.
Por más insólita que sonara, la noticia parecía creíble por la conocida austeridad de Mujica, que vive en una chacra muy sencilla y viaja en vuelos de línea. Pero resultó ser falsa.
La imagen corresponde a un momento que los internautas conservan en su memoria, sólo que no lo relacionaron: el día que el ex tupamaro asistió con sandalias a la asunción del ministro de Economía Mario Bergara.
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