SANTO DOMINGO. Nelson Cruz difiere con García Márquez en aquello de que “la sabiduría nos llega cuando ya no sirve para nada”. A 45 días de cumplir 35 años, cuando acelera el declive productivo (la edad media de la liga es 29 años), Cruz coquetea con la Triple Corona del bateo: es líder en promedio (.346), jonrones (15), y está a una vuelta de las carreras impulsadas, con 29.“La experiencia, conocer mejor mi cuerpo, prepararme mejor, y cuidarme más”. Así explica este jardinero, después de atribuirlo a Dios, su desempeño “anormal”, uno que lo ha convertido en el principal azote del pitcheo en el trayecto de mayor dominio de los lanzadores (efectividad de 3.83 entre 2014-2015), la más baja desde 1992, cuando empezó “la era de los esteroides”.
“Es difícil mantenerse con este rendimiento por casi dos meses de temporada, es lo que me ha sorprendido más, pero fue mucho el trabajo que hice durante la temporada muerta, gracias a que Dios me ha dado la salud, que es lo principal para mí”, dijo Cruz en exclusiva a DL desde Seattle, por medio de su agente Joseph Haché, antes de tomar una práctica de bateo para el partido contra los Padres en el Safeco Field.
Firmado en 1998 con 18 años, este montecristeño aterrizó en las Grandes Ligas en 2005, con Milwaukee, pero fue en 2009 que encontró su espacio, en Texas.
Tras encabezar el béisbol en jonrones en 2014 (con 40), los Marineros le dieron la tranquilidad laboral, con un pacto de cuatro años y US$57 millones, para agregar el bate que los haga competitivos en el Oeste.
“Dios sabe lo que te conviene, no necesito tener US$100 millones para ser feliz, lo que Dios me dio que sea bienvenido”, dijo Cruz, el jugador 16,403 en debutar en la MLB.
Seattle marcha tercero en su división, a tres partidos de los Astros. De la respuesta del bate de Cruz depende gran parte de sus aspiraciones.
Fuente: diariolibre.com
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