
En este sentido, Warnecke agrega que para entonces los vehículos no producirán emisiones que impacten el medio ambiente, porque el fin de los motores de combustión dará paso a los motores eléctricos con células de combustible.
En el caso de Shell, no se creará combustible, pero sí hidrógeno. A juicio del científico alemán, la reducción de los costos y la mejora de la eficiencia de la electricidad renovable, permitirá acelerar su implantación en la industria del transporte. Esta transformación afectará a las petroleras, refinerías y fabricantes de automóviles, sin olvidar a las estaciones de gasolina, que tendrán que cambiar por completo. (Continuar leyendo)
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