
Brasil, sin magia alguna y aferrado al reloj en el tramo final del partido, rentabilizó a sus defensas también ante el gol.
Dos de sus zagueros, Thiago Silva y David Luiz apagaron el fuego de un choque invadido por la zozobra en los minutos finales, en los que Neymar fue retirado en camilla.
Brasil acabó agobiado, mirando el tiempo. En una cuenta atrás interminable y resguardado en su meta. Con el miedo en el cuerpo tras el penalti transformado por James, al que la cita en ningún caso le vino grande.
Ambos técnicos tomaron precauciones de entrada. A Luiz Felipe Scolari se le agotó la paciencia con Dani Alves, al que mandó al banco para dar entrada a Maicon. Cumplió su amenaza el preparador, que mantuvo al resto del equipo esperado. Incluido al atacante Fred. Su participación siempre está en el aire. Pero termina por jugar. Leer más
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