Por Alexis Beltré /
Quilvio Alberto Veras Pérez, un ex jugador de grandes ligas que su esposa Kuki, ex Corportte (Sábado de Corporán), lo define como “un hombre excepcional y maravilloso”, que luego de su retiro del béisbol organizado ahora juega su mejor deporte: levantar su familia y sus empresas.
Quizás muchos habían olvidado a ese dominicano que jugó en la segunda base de varios equipos de las Grandes Ligas y con las Aguilas cibaeñas en el béisbol de invierno, pero es que Quilvio no es dado a aparecer en los medios y como dijo el Pachá en la entrevista “te saqué de la cueva”para ser reconocido como Estrella por Siempre en Pégate y Gana con Pachá.
“Vengo de una familia muy humilde, mi papá era policía y siempre nos decía tienen que tratar de tener opciones, o sea la primera opción en mi familia era estudiar, aparte de estudiar yo decía bueno si no puedo ser pelotero, puedo estudiar o puedo ser policía, ahí yo tenía tres opciones”, recuerda Quilvio.
Pero cómo llega Quilvio a la pelota: “desde temprana edad yo tenía esa devoción, jugaba en la calle, jugaba tapita, cuando llegó el momento de filmarme que fueron a mi casa, yo le digo a mi papá: que no salga hoy que vienen unas gentes que quieren hablar con usted y él me dijo no tu tienes que estudiar, tu no puede ser pelotero, le dije papi quédese aquí que viene una persona, él me ponía cierta presión para que yo diera más y más, pero él no quería que yo fuera pelotero, y yo le dije papi yo tengo que firmar porque necesito salir adelante, era 1989, tenía 16 años de edad legales”, precisó Veras.
No tenía el perfil tradicional de pelotero
“Al principio me veía muy pequeño y decían que no iba a dar para pelotero, tiene los cabellitos buenos y los peloteros son morenos, y yo dije bueno voy a mí, se que tengo talento, voy a tirar pa´lante y con Dios yo se que voy a salir adelante y fíjate hasta donde llegué”, comenta el ex Grandes Ligas.
¿Por qué duró poco tiempo tu carrera?
“Aparentemente mi carrera duró poco (7 años), pero mi juego era físico totalmente, me lastimaba con frecuencia, tengo seis operaciones en mi cuerpo, los niños iban creciendo, ya la familia me exigía más tiempo y era un balance entre la familia y el béisbol y me decidí por mi familia, creo que hice lo correcto, trate de hacer las cosas bien hechas y esto es una prueba de bendición, mira como están creciendo (los hijos)”, expresa satisfecho Quilvio.
Un día en la vida de Qulvio y Kuki
“Un día para mí, es un día perfecto, yo me levanto a las 6:00 de la mañana; mientras yo me levanto a preparar cada uno de ellos (los niños) mi esposa se voltea y se arropa de nuevo…”, dice Quilvio, a lo que su esposa Kuki responde: “Eso es a veces porque ya me toca, yo viví en Estados Unidos, estos niños cada uno nació en un estado distinto y me tocó a mí batallar mucho, muchas soledades, y con el apoyo siempre de mi esposo pero cuando él no estaba en la casa por razones de trabajo yo era la batuta”.
Pero Kuki, una ex Corporette, que abandonó la comunicación y sobre todo la televisión por su familia no descarta volver “siempre se me queda la espinita, yo vivo por esto pero escogí la familia y no me arrepiento porque di con un hombre excepcional, maravilloso, y si un día Dios quisiera por ahí y tengo el permiso de mi esposo yo con mucho gusto lo haría”
Julián Javier su gran ídolo, su gran motivación y ahora Quilvio le dice a los jóvenes “a la juventud, no importa el camino que ustedes elijan, concéntrense, dedíquense con esmero y creo que si perseveran al final pueden triunfar, hacer las cosas con amor y con el todo poderoso primero, que es Dios, es lo más importante de todo”.
Al final, las palabras de bienvenida “tener este hombre aquí nos da mucho prestigio, bienvenido Quilvio Veras”, así lo recibió Frederick Martínez junto a Joseph Tavárez.
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