Larry Wilkins abrió la puerta y vio a una niña pequeña que tenía los labios temblorosos, la nariz ensangrentada y los brazos y piernas rasguñadas.
Su nombre era Sailor Gutzler y, de alguna manera, aún estaba viva.
"Ella me dijo que su mamá y su papá habían muerto", dijo Wilkins. "Y que había sufrido un accidente aéreo".
La hermana y el primo de la niña también murieron cuando su avión Piper PA-34 cayó la noche del viernes en el oeste de Kentucky. Incluso con el avión boca abajo, la niña de 7 años logró salir y caminó tres cuartos de milla en la oscuridad a través de lo que Wilkins describió como "un territorio muy, muy escabroso", repleto de árboles caídos, arroyos, zanjas y zarzamoras.
Sailor estaba descalza con solo una calceta y estaba vestida para ir a Florida –pantalones cortos y sin abrigo– no para tolerar el frío de enero en Kentucky.
Wilkins la acomodó en su sofá y llamó al 911, para avisar a las autoridades que un avión se había estrellado y que había al menos una sobreviviente.
Los agentes de la Policía Estatal de Kentucky llegaron aproximadamente en 10 minutos. El sargento Dean Patterson dijo que la niña fue llevada a un hospital local con lesiones que no ponían en riesgo su vida.
"Lo que les puedo decir es que ella es una niña increíblemente valiente", dijo Wilkins. "No puedo imaginar a alguien de 7 años de edad haciendo eso".
Ver texto completo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario