Beyoncé, ganadora de tres premios Grammy, llevó un vestido negro traslúcido y largo de Proenza Schouler con un glorioso escote en V y mangas largas. Pero la reina del R&B no fue la única que osó ser generosa con su escote.
Madonna sacó a la luz el travieso matador que lleva por dentro y llevó un vestido corto en negro y rosa de Givenchy. Sus pechos levantados a niveles peligrosos, las botas altas negras y guantes hasta los codos completaron el look, sobre todo cuando la "Material Girl" mostró su trasero a los fotógrafos en plena alfombra roja.
La rapera Nicki Minaj no dejó casi nada a la imaginación con su vestido negro Tom Ford cortado hasta el ombligo en una ancha V que terminaba envolviendo sus caderas.
Meghan Trainor pavoneó su cuerpo en un vestido negro Galia Lahav con una capa superior de encaje largo. Su accesorio para la alfombra roja: su padre.
Trainor dijo que poder asistir a la fiesta de los Grammy era "un sueño hecho realidad".
La princesa del pop Katy Perry, con renovada popularidad gracias a su exitoso show en el entretiempo del Super Bowl, lució espléndida en la alfombra roja con un vestido blanco plateado de Zuhair Murad con decoraciones en cristal. Y cabello púrpura.
- Rihanna, la mujer de rosa -
Los vestidos que a menos de una hora de aparecer en la alfombra roja ya hacían las delicias en las redes sociales fueron los de la estrella de telerrealidad Kim Kardashian --invitada como esposa del rapero Kanye West-- y el de la cantante de R&B Rihanna.
Kardashian se enfundó en un Jean Paul Gaultier que parecía remedar una bata de baño, pero en una versión de lujo: largo y dorado, se abría al frente con un escote hasta el ombligo.
Rihanna flotó por la alfombra roja en un nebuloso vestido rosado de tul que terminaba en una principesca falda amplia y larga en dos capas, obra de Giambattista Valli. Twitter explotó con comentarios a favor y en contra.
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